Echando fuera el temor que ocasiona el mundo

 Salmo 27:13 -14 Hubiera yo desmayado, si no creyera que he de ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. ¡Espera en Jehová!  ¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón!  ¡Sí, espera en Jehová!

 Introducción

           En la vida cristiana hay etapas de dificultades, pruebas, tentaciones con las que se deben bregar constantemente. Muchas de ellas, nosotros mismos nos las buscamos, somos culpables por ello; en otras son cosas de la vida que llegan a poner en prueba nuestra vida y existencia.

          Estas dificultades o problemas nos roban la paz, causan angustias y mucha ansiedad en la vida de las personas, yo personalmente he pasado en algunos momentos por estos desfallecimientos, en los que se siente que tu cuerpo no responde como debería ser ante dichas angustias que te carcomen el alma, y es prácticamente así, como dice el Salmista, hubiera yo desmayado.

          Quiero entonces que veamos lo que nos dice la Palabra del Señor, sobre cómo aferrarnos en las manos de la gracia y el amor del Señor para hacerle frente al temor del mundo:  

Desarrollo

 En primer lugar:

1.  El temor que ocasiona el mundo es un enemigo peligroso

El salmista dice, “Hubiera yo desmayado”, la pregunta entonces es ¿por qué podría haberse desmayado? David escribe este salmo maravilloso producto de su experiencia que ha tenido con el Señor.

En versículo dos de este salmo, David dice:

Salmo 27:2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.

 Lo está diciendo alguien que experimentó el temor. David fue ungido como Rey por el profeta Samuel a la edad de unos 16 años, pero llegó a sentarse en el trono a la edad 30 años. Le correspondió no solo esperar, sino que mientras esperaba, tenía que afrontar la persecución del Rey Saúl, que no solo una vez intentó matarlo. Su vida joven fue entonces de angustia, ansiedad y temor. Y siendo ya Rey, su misma sangre, unos de sus hijos también intento usurpar su reinado y otra vez estaba en angustias y persecución. Hubiera yo desmayado.

  Dice el comentario de la Biblia Diario Vivir, de manera muy precisa:

El temor es una sombra negra que nos envuelve y finalmente nos aprisiona dentro de nosotros mismos. Cada uno de nosotros hemos sido prisioneros del temor en un momento dado: temor al rechazo, a ser mal interpretados, a la inseguridad, a la enfermedad e incluso a la muerte.

Pregunto, ¿Cuántos de nosotros de sentimos que nos identificamos con este comentario de la Biblia Diario Vivir? Yo por supuesto. Claro que por muchas circunstancias de la vida nos hemos sentido prisioneros del temor.

Pero es ahí cuando usted y yo debemos buscar el oportuno socorro que viene de parte de Dios. Nos estamos solos. Permítame decirles:

En segundo lugar, que:

 2.  El temor es vencido por el amor de Jesucristo

 David dice en este salmo (Salmo 27:13) Hubiera yo desmayado, si no creyera que he de ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes.

Lo que sostiene a David es la bondad de Jehová. No hay otra respuesta a nuestras angustias y temores, Dios nos sostiene en medio de la desesperación, cuando venimos a buscar de misericordia.

El apóstol Juan lo escribe de la siguiente manera:

 1 Juan 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo.  De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

Es el amor, la misericordia y la bondad de Dios que echa fuera el temor. Nos dice la palabra del Señor, que debemos confiar en Jesús. Citando siempre el salmista, en el salmo 34: 17 nos dice:

Claman los justos, y Jehová oye y los libras de todas sus angustias.

 Pero todavía hay algo más sublime que no lo podemos comprender, Dios escucha las oraciones sinceras que con corazón contrito y humillado vienen ante su presencia. En hijo prodigo, después de todo lo que había hecho, reconoció en su corazón que había pecado ante Dios y su amado Padre terrenal. Su padre, no lo había olvidado, estaba siempre a la espera, el evangelio de Lucas, lo dice así:

Lucas 15:20-21 Entonces se levantó y fue a su padre.  Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido a misericordia, y corrió y se echó sobre su cuello y lo besó. El hijo le dijo:  "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo". Pero el padre dijo a sus siervos:  "Sacad el mejor vestido y vestidle; y poned un anillo en su dedo y calzado en sus pies.

Para muchos, quizás esto, es paradójico, Dios escucha el clamor de las personas justa, bienaventurado por todas ellas. Así lo dice el Salmista, pero también escucha las peticiones de personas no tan justas o para nada justas ante la ley de Dios, pero Dios no repara en sus pecados y torpezas, sino en su corazón arrepentido.

Esto también lo vemos en los trabajadores de la viña (Mateo 20: 1-16), no importa a la hora de llegada de los trabajadores, Dios es misericordioso, cuando todos se disponen a trabajar en su reino. Por ello reiteramos lo que dice el salmista:

Hubiera yo desmayado, si no creyera que he de ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes.

Hemos dicho que el temor que ocasiona el mundo es un enemigo peligros, pero que ese temor es vencido por el amor de Dios. Ahora permítame concluir con el tercer aspecto de este mensaje.

 3.  En medio de la angustia y el temor, esperamos en la gracia del Señor

Leamos nuevamente los versículos 13 y 14.

Salmo 27:13 -14 Hubiera yo desmayado, si no creyera que he de ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. ¡Espera en Jehová!  ¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón!  ¡Sí, espera en Jehová!

El verso 14, es versículo final del salmo maravilloso de David. En el nos dice: Espera, Esfuérzate, Aliéntese, y refuerza, sí, espera en Jehová. Esperar en Dios debe ser una cualidad que todo cristiano debe cultivar en su vida cristiana. Debemos aprender a depender de Dios. El profeta Isaías dice:

Isaías 30:18 Sin embargo, Jehová esperará para tener piedad de vosotros.  A pesar de todo, será exaltado y tendrá de vosotros misericordia, porque Jehová es Dios justo.  ¡Bienaventurados todos los que confían en él!

A pesar de todo, usted y yo debemos esperar en Dios. El salmista nos dice aliéntese tu corazón. Necesitamos ese aliento, que tiene que ver con el Espíritu de Dios, la palabra espíritu = RÚAH,  significa aire, viento, soplo de Dios que refresca, oxigena, fecunda, da vida, es aliento, respiración, punto cardinal, ánimo, aire en movimiento, sea en forma de brisa, sea en forma de viento fuerte, y, por extensión, aliento, vida.

Que maravilloso todo este significado, en medio de la angustia y el temor, confiemos en el Señor y que su Espíritu Santo nos fortalezca siempre. Cristo Jesús es nuestro punto cardinal. Amén.

Echando fuera el temor que ocasiona el mundo

  Salmo 27:13 -14 Hubiera yo desmayado, si no creyera que he de ver la bondad de Jehov á en la tierra de los vivientes. ¡Espera en Jehová! ...