Habilidades para resolver problemas


¿Cómo resuelve los problemas en su trabajo?

Este breve cuestionario le ayudará a evaluar (y mejorar) su habilidad para resolver problemas. Las respuestas parecen simples, pero piense con cuidado antes de responder.

1. ¿Cómo pone una jirafa dentro de un refrigerador?
2. ¿Cómo pone un elefante dentro de un refrigerador?
3. El rey león organiza una conferencia de animales y un animal no va. ¿Cuál?
4. Va a un río que es conocido por ser habitado por muchos cocodrilos. ¿Cómo lo atraviesa?

Respuestas:

1. Abra el refrigerador, coloque a la jirafa, y cierre la puerta.
Objetivo: ¿Tiende a resolver cosas simples de manera complicada?
2. Abra el refrigerador, saque a la jirafa, ponga al elefante y cierre la puerta. ¿Recordó sacar la jirafa?
Objetivo: Esto prueba su habilidad para pensar en las repercusiones de sus acciones.
3. El elefante, ¡todavía está en el refrigerador!
Objetivo: ¿Es buena su memoria y su sentido de continuidad?
4. Puede cruzar el río a nado, tranquilo. Todos los cocodrilos están en la conferencia de animales que hizo el león.
Objetivo: ¿Qué tan rápido aprende de sus errores anteriores?

Si los resultados de este cuestionario no fueron muy buenos, no se desespere. Cerca del noventa por ciento de los profesionales respondieron de manera incorrecta las cuatro preguntas. Los niños, por lo general, las responden bien.

No hay nadie más tonto que aquel que cree que es muy sabio. Proverbios 13:20
El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado.

Fuente: El libro devocionario de Dios para el Centro de Trabajo. Editorial, Unilit.

La Santidad de las Cosas


En principio, Santo, es sinónimo de consagrado o santificado. Consagrar es dedicarse con especial esmero y atención a alguien o algo, con determinado fin.  Dedicación de una persona o cosa para el servicio de un culto religioso,  o directamente a una deidad (ser supremo).

Santificado significa, apartarse del mal y dedicación a Dios y a su servicio.

La santidad, cuando se usa para designar una cosa, sería equivalente a “Propiedad de Dios”.

Por ejemplo, en Éxodo 3:5  Dios ordenó a Moisés santificar el monte Horeb estableciendo límites que no podían transgredirse. Luego, encontramos el Tabernáculo y más tarde el Templo, que son los lugares santos por excelencia, porque en ellos Dios había elegido morar en un sentido único y diferente.

La Biblia en Éxodo, Números y Primera de Samuel,   nos describe como santas algunas cosas, entre ellas vasos del tabernáculo, el aceite, el incienso, el pan de la proposición y las vestimentas sacerdotales.

En nuestro contexto, encontramos que las copas dedicadas a la celebración de la santa cena, bandejas y el pan, deben ser y son cosas santas. Pero además, existen muchas cosas en nuestro alrededor, que desde el punto de vista cristiano deben ser santificadas, tal es el caso de un televisor, grabadora, equipo de sonido, motocicleta, bicicleta, nuestra casa, etc. ¿Por qué?, no significa que son objetos reverenciados, sino,  que deben ser usados correctamente; 
por ejemplo, una motocicleta, bicicleta, auto, etc., pueden llevarnos a un motel, prostíbulo, cantina, fiestas callejeras, pero como cristianos santos, no debemos permitir ni siquiera que otros las utilicen para tal fin.

La palabra de Dios dice, “Sed Santos, en toda vuestra manera de vivir”.

Bendiciones

Keila Rodríguez Solís

Crecimiento Personal del Cristiano


“Mientras tanto, el joven Samuel seguía creciendo, y su conducta agradaba tanto al Señor como a los hombres” ( 1er Samuel 2:26 DHH).



Introducción

El crecimiento es algo normal en las plantas, en los animales y en las personas. Cuando una  madre lleva al niño o a la niña donde el médico, el galeno toma a la criatura, la pesa y la mide para ver si esta dentro de los rangos normales. Sí no es así, le dice a la señora, su hija o hijo debería pesar tantas libras y medir tantos centímetros. Por lo que el médico toma una nota y le receta las vitaminas necesarias para que esa criatura pueda seguir creciendo sanamente. Estimado hermano en la vida cristiana sucede igual, el crecimiento del cristiano debe ser constante; sin embargo, muchas veces como miembros en las iglesias estamos desnutridos, faltos de peso, hablando espiritualmente. Cuando nos  pesamos nos hace faltan muchas libras de compromiso con personal con Dios y con la iglesia. Si nos medimos, nos hacen faltan muchos centímetros de estatura, según la del varón y la mujer perfecta que busca la santidad del Señor. Quiero compartir con ustedes algunos aspectos bíblicos que nos ayudan a buscar ese crecimiento Espiritual en nuestra vida cristina.
        
Desarrollo
Primero hay que:
1.            Crecer en Espíritu y carácter

Nadie puede decirle a otro hermano que crezca si él primero no busca el crecimiento que viene de Dios. Usted escucha decir que cuando se evangeliza a la gente, esta responde: “para ser como fulano que va a la iglesia, mejor no soy nada”.  Muchas veces ellos tienen razón, porque usted y yo como cristianos, dejamos mucho que desear a nuestro alrededor, hemos perdido nuestro carácter y nuestra integridad.

Permítame ilustrarle eso de la siguiente manera: una día de esto estaba en una tienda y en un lugar había un rotulo que decía, “ropa rebajada a mitad de precio”, muchas prendas estaban sucias y con algunas manchas. Esto me parece interesante, porque lo podemos aplicar a nuestras vidas. Muchas veces usted y yo, participamos en actos deshonestos, comenzamos pleitos y mal entendidos, nos involucramos en cosas no gratas, de manera que manchamos nuestra persona y honestidad como cristianos y quedamos reducidos a mitad de precio, por ser cristianos como la ropa, rebajada por estar manchada. De manera que damos lugar a que las personas que no son cristianas sigan diciendo, “para ser como fulano, mejor no soy nada”

Es muy interesante lo que se escribe en el Primer Libro de Samuel:

 Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres” (2:26).

Samuel crecía físicamente pero también lo hacía en Espíritu y Carácter, El joven Samuel crecía y su comportamiento era conforme a la voluntad de Dios. No era un hombre de doble cara a como solemos ser algunos de nosotros, cuando venimos a la iglesia somos grandes adoradores, - “hay miren que hermano” - pero cuando salimos de ella, somos cualquier cosa, menos un Cristo en pequeño. Samuel no era así era un adorador en Espíritu y verdad. Era aceptado delante de Dios y también era aceptado delante de los hombres. Crecer en Espíritu y carácter mi estimado hermano, es ser una persona que está bien delante de Dios y los hombres no tienen nada de qué hablar sobre usted.                 

En segundo lugar, hay que:    

2.           Crecer en la voluntad de Dios.

Les pregunto: ¿Qué es crecer en la voluntad de Dios? Será que crecer en la voluntad de Dios, sea, hablar mal de mis hermanos, andar en chismes, ser calumniadores, codiciosos, orgullosos, jactanciosos y un sinnúmero de malas actitudes. Nada por el estilo, El apóstol Pablo escribe de la siguiente manera:    

“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,  para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;  fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad” (Colosenses 1:9 -11)

Pablo dice, que usted debe crecer en conocimiento, sabiduría e inteligencia espiritual. Esto es lo que agrada a Dios, “para que andéis como es digno del Señor”. Se cuenta una historia de un joven que era el hijo de un rey muy bueno y bien querido entre su pueblo, sin embargo, el hijo comenzó a portarse muy mal, su vocabulario era grosero y vulgar, intimidaba a las personas y se burlaba de ellas. Una mañana cuando despertaba después de una tremenda borrachera, escucho hablar a dos sirvientes, que decían  cuanto apreciaban a su padre por ser un gran rey, de corazón noble. Que ellos estaban dispuestos a dar su vida por su majestad, pero luego de dijeron; sin embargo, su hijo es un príncipe malvado, yo, dijo uno de ellos cuando el rey muera me iré muy lejos, no soportaría tener a este príncipe como rey. Aquel joven con su terrible resaca comenzó a recapacitar y dijo, no es posible que siendo el hijo de un rey tan bueno yo sea tan malo, de ahora en adelante caminare como es digno de mi rey.

Cuántos cristianos somos como que este joven de la historia, tenemos un Rey y Señor con un gran amor que sobrepasa todo entendimiento, es tan bueno y misericordioso que nos ha dado vida a través de su hijo Jesucristo. Sin embargo, usted y yo muchas veces nos portamos mal y la gente hablar al igual que los sirvientes del príncipe. Las personas dicen: “es ser cristiano, pero usted viera como son los gritos que pega cuando se está peleando con el marido o con la vecina”.

Parte del crecimiento que usted y yo debemos experimentar en nuestra vida es el amor, la paciencia, la perseverancia y el resto de los frutos del Espíritu Santo. Usted está a tiempo para recapacitar como aquel joven príncipe y decir: de ahora en adelante caminare como es digno de mi Padre que está en los cielos, que la gente pueda ver una similitud entre Cristo y usted.            

En tercer lugar hay una:

3.           Fórmula para el  crecimiento.

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,  prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14)

Dos cosas de suma importancia, dice Pablo.

a)    Olvidando lo que queda atrás
Recuerda cuando usted llegaba a su casa, todo revolcado, borracho, hediendo y sin dinero, verdad que ahora no quiere recodar esa vida miserable. Recuerda cuando usted se comía las gallinas de la vecina, hay que vergüenza dice usted ahora. Recuerda cuando su matrimonio era un infierno, las palabrotas que salían, las panas, platos y cazuelas en medio de los pleitos.  

Dice la Palabray esto erais antes”,  pero por la gracia divina mi estimado hermano, ahora la Sangre del cordero nos ha limpiado y nos ha redimido de todos esos pecados y malos comportamientos. Y si es que todavía está saliendo algo “del viejo hombre” en alguno de nosotros, es necesario ponerse a cuentas con Dios para que purifique nuestra vida y así usted y yo podamos crecer en su Palabra. Ahora que ya estamos en Cristo Jesús, tenemos  que ser personas reformadas por que el Espíritu de Gracia que se nos ha dado. Por lo tanto, todas esas cosas malas que antes practicabas  ya  no deben estar siendo practicadas. Pablo dice olvídalas por completo. Que solo te sirvan para dar testimonio de lo que Dios ha hecho en tu vida. 
         
b)   Extendiéndome a lo que está delante

Hay que caminar día a día, hacía a la meta que es Cristo. Hay muchos hnos. que llegan a la iglesia, pasa un mes, un año, 5 años, 10 años, y siguen siendo los mismos. Cuando llegaron tenían muy malos modales, eran de mal carácter, malcriados, arrogantes, y después de varios años siguen igual. ¿Cómo es posible?, entonces, ¿qué puedan crecer Espiritualmente?. Ahí lo que hay es un encarcelamiento de los frutos del Espíritu Santo o simplemente usted nunca ha dejado que el Espíritu de Dios more en su vida.

Hay gozo cuando una persona llega a la iglesia y da testimonio de cómo Dios los ha cambiado, que gozo y alegría es cuando la gente habla bien de los hermanos de la iglesia. Dicen, viera que hombre o mujer más amable, es una persona mansa y humilde y sobre todo un ejemplo en su familia. Esa es la meta del crecimiento, que usted y yo seamos cartas leídas en las esquinas, en el barrio, en la familia, en el colegio y en el centro de trabajo. Que seamos aceptados delante de Dios y de los hombres. Amén.

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Déjate seducir del Señor


Jeremías 20:7a   ¡Me sedujiste,  Jehová,  y me dejé seducir!  ¡Más fuerte fuiste que yo,  y me venciste!

 Introducción

Hay un canto que dice así:
“Han pasado los meses y los años,
pero Dios todavía me ha guardado.
Muchas veces vino a mí el desaliento,
de dejar los caminos de Dios,
y hasta el polvo de la tierra descendía.
Han venido vientos y tempestades,
pero yo todavía estoy parado.
Gloría al Señor, hoy puedo decir:
Hasta aquí me ayudo Jehová” (S. Marino).

El profeta Jeremías se sintió así, él dice:

“¡Cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí!” (verso 7b)
Tanto era su angustia que llega a maldecir el día que nació (v 14), el verso 18 se pregunta “¿Para qué salí del vientre? ¡Que no sea bendecido el día en que mi madre me dio a luz!” (v 14). Pero aún así, en el verso 7 Jeremías exclama: ¡Me sedujiste, Jehová, y me deje seducir!. Aunque no comprendamos o no logremos entender, Dios está de nuestro lado, por lo tanto deje que él lo seduzca.

Sabían ustedes mis queridos hermanos que “los estudios demuestran que las personas con una fe fuerte y afiliaciones religiosas son más felices que aquellos sin tal fe, y ellos también recuperan la felicidad más rápidamente después de experimentar una crisis”  (Joyce Brothers)

Desarrollo

1.  Deje que sea Dios quien lo seduzca

No hay cosa más hermosa que la seducción de un genuino amor, cuando dos jóvenes están enamorados, a todo se le haya sentido.

“Un par de enamorados paseaba por un parque, la luna esta casi llena y con bonito esplendor, pero de repente ella dice, mira Juan las nubes están tapando la luna, - entonces el joven exclama – nubes ingratas por qué  oscurecéis el resplandor de la luna, no veis que no puedo contemplar la hermosura del rostro de mi amada. – la joven queda anonadada de las bellas palabras de su novio. Siente años después, ahora ya casados pasan por el mismo parque, la misma luna y nuevamente las nubes tapan la luna, la Señora rápidamente recuerda aquellas bellas palabras de su prometido, - entonces ella le dice, Juan las nubes están tapando la luna, - entonces el Señor contesta, - apúrese vieja, no atrase”.

Siete años después había perdido el sentido de la seducción, a muchos nos pasa esto en el matrimonio y también nos pasa lo mismo en los caminos de Dios; descuidamos y nos olvidamos de nuestro Dios. Es necesario que usted y yo podamos decir como Jeremías:

Jeremías 20:7a   ¡Me sedujiste,  Jehová,  y me dejé seducir!  ¡Más fuerte fuiste que yo,  y me venciste!  

Dos cosas importantes en este versículo:
-      Me sedujiste,  le dice a Jehová (la primera)
-      Me deje seducir, contesta Jeremías (la segunda)  

Dios sigue seduciendo a su pueblo para que le sirvamos, para que seamos su pueblo escogido, para que seamos sus príncipes y sacerdotes, para que seamos hombres y mujeres de bien, para que sirvamos en su reino. Ser seducidos por Dios, implica también ser seducidos a trabajar en su obra.

Por lo tanto, y en segundo lugar: 
2.  Acuérdese siempre de quien lo sedujo

Luis Palau, escribe es su libro “una vida de alta definición”: “cuando el amor de Dios  invade el corazón humano, todo cambia. Los blancos lucen más blancos, los rojos más rojos, los azules más azules. El amor cambia todo”.
Esto pasa cuando nos dejamos seducir del amor de nuestro Dios. Cuando usted está enamorado aunque trate de no pensar en esa persona, se da cuenta que todo a su alrededor le hace recordarla. ¡Cierto!. En los salmos encontramos que todo a nuestro alrededor debe recordarnos quién es nuestro Dios, sus maravillas, la creación, todo cuenta la gloría de Dios.

Eso es lo que expresa Jeremías:  
Jeremías 20:9  Si digo: "No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre",  entonces su palabra en mi interior  se vuelve un fuego ardiente  que me cala hasta los huesos.  He hecho todo lo posible por contenerla,  pero ya no puedo más.

Si usted ama a Dios, usted no puede mantener retenida  su Palabra, más bien debe ser un fuego ardiente en su interior que lo impulse a hacer grandes cosas en el Reino de Dios. 

Jeremías tenía muchos problemas, la casa de los supuestos profetas y el principal de los profetas lo consideraban su enemigo, pero él dice, está es la palabra de Dios y no puedo retenerla.  

Yo estoy seguro que si Jeremías hubiese buscado lo mejor de la vida, es decir hacerse amigo del principal de los profetas (Pasur), hubiese gozado de buena comida, prestigio en la corte del rey y ante el resto de los mismos profetas, "pero eligió lo mejor de Dios en vez de lo bueno de la vida".

Usted debe sentir el deseo de ser partícipe en la obra, no simplemente ser un espectador. Que este año 2012, usted este diciéndole a Dios, Señor en qué puedo servirte.

Muchas veces nos centramos en qué puede hacer la Iglesia por mí, en vez de comprometerse en qué puede hacer yo por la Iglesia.    

Otros quieren ver cambios sin trabajar por esos cambios, estos dicen, en la Iglesia deberían hacer…, en vez de decir, en la Iglesia debemos hacer esto y yo me apunto para trabajar en ese proyecto. Eso es lo mejor.

Algunos otros se me quedan estáticos añorando los tiempos pasados y no se dan cuenta que esto les impide proyectarse hacia el futuro. Yo recuerdo los tiempos pasados, pero no me centro en querer regresar a los tiempos pasados, eso es un imposible, lo pasado es pasado, hayan sido buenos o malos, ya están en el pasado. Por eso dice Salomón:   

Eclesiastés 7:10  Nunca digas: "¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos?",  porque nunca hay sabiduría en esta pregunta.

Yo prefiero en vez de los anterior, la Palabra del profeta Hageo.

Hageo 2:9  La gloria de esta segunda Casa  será mayor que la de la primera,  ha dicho Jehová de los ejércitos;  y daré paz en este lugar,  dice Jehová de los ejércitos"

3.  Déjese vencer por el Señor (involúcrese)

Si una persona quiere sentirse honrada en la derrota, privilegiada por ser vencida, esa personas solo puede ser aquella que ha disfrutado el ser vencida por la Palabra nuestro Dios. 

Jeremías 20:7   ¡Me sedujiste,  Jehová,  y me dejé seducir!  ¡Más fuerte fuiste que yo,  y me venciste!

Una anécdota interesante dice así, “un joven le pregunta a un hombre anciano y le dice, cuántos años tiene de casado, el hombre contesta, 47 años. El joven, entonces, le dice, usted me podría decir cuántas veces ha peleado con su esposa. Sí, contesto el anciano, solamente una. Solamente una, contesta con mucha asombro el joven, a ver dígame como es eso. Bueno, dice el anciano, fue en el día de bodas, nos fuimos de luna de miel, íbamos en caballo, de repente el caballo que llevaba mi esposa rebuznó y ella le dice: va una; luego el caballo rebuzna nuevamente y ella le dice: van dos; al pasar otro rato el caballo rebuzna otra vez, inmediatamente mi esposa, saca un arma y le dispara al caballo y lo mata. Sorprendido yo le digo, pero mujer que estás loca, por qué mató al caballo; y ella me contesta: Va una. Desde entonces no ha habido una segunda vez”. Una ilustración pintoresca, pero que nos debe hacer reflexionar que con Dios todo tiene sentido, aunque nos parezca difícil de aceptar algunas veces, usted debe confiar plenamente en él y su Palabra. Dios está en completo control de nuestra vida. Usted solo obedezca.     


Dice Luis Palau, “yo disfruto de los amigos que nos están satisfechos con las cosas como son, que quieren que su vida efectué un cambio en el mundo. En otras palabras, y propiamente para la iglesia, yo diría, que me encanta cuando hay hombres y mujeres que no se conforman con lo bueno que hemos venido trabajando, sino que anhelamos, deseamos hacer cada vez mejor la cosas para glorificar el nombre de nuestro Dios. 

Retomemos el texto de Jeremías:

Jeremías 20:7   ¡Me sedujiste,  Jehová,  y me dejé seducir!  ¡Más fuerte fuiste que yo,  y me venciste!

Lo mejor que nos puede pasar es el ser vencidos por el Mismo Dios Eterno. Cuando somos impactados por su Palabra, ésta debe calar en nuestro interior el deseo de trabajar en su obra. Su palabra no puede y nunca debe ser retenida, su sentir y el mio es que debe brotar como rico manantial que irriga nuestros corazones y de ahí pueda fluir naturalmente para hablar de Cristo a otras personas. 

Conclusión

Mi estimado hermano hay que mantener siempre nuestra perspectiva de quién es nuestro Dios. Sea que estemos bien o estemos pasando por cualquier tipo de problema, recuerde  lo que dice el profeta Samuel.

1Samuel 7:12  Tomó luego Samuel una piedra,  la colocó entre Mizpa y Sen,  y le puso por nombre Eben-ezer,  porque dijo: "Hasta aquí nos ayudó Jehová".

Amén y Amén, al él sea la gloria. Déjese seducir de Dios.  

Echando fuera el temor que ocasiona el mundo

  Salmo 27:13 -14 Hubiera yo desmayado, si no creyera que he de ver la bondad de Jehov á en la tierra de los vivientes. ¡Espera en Jehová! ...