La importancia de la bendición generacional


Texto: Génesis 49:1-27
Título de la Serie: La Bendición Generacional
Tema: La importancia de la bendición generacional

Introducción

En esta noche vamos a empezar con una serie titulada la bendición generacional, para hoy el tema es la importancia de la bendición generacional. Quiero que esté atento a la palabra de Dios, porque vamos a enseñar sobre qué es la bendición, cuál es el propósito de bendecir  y por qué debemos pasarla a  nuestros hijos e hijas.

Veamos algunos aspectos de la bendición que trasmite Jacob a sus hijos.
Desarrollo

1.     ¿Qué es la bendición paternal (maternal)?

Veamos lo que nos dice acerca de esto, el comentario bíblico mundo hispano, señala que “La bendición patriarcal a la generación siguiente era muy importante. Por ello Jacob, antes de morir, reúne a sus doce hijos y los bendice. La bendición consiste en pronunciamientos con referencia a eventos del pasado, situaciones del presente y visión del futuro como historia desde la perspectiva de Dios y sus promesas”.  Que interesante, son pronunciamientos desde la perspectiva de Dios, esto quiere decir que para bendecir debe ser de acuerdo a la santa escritura, ahí están las promesas más hermosas para declarar y las advertencias necesarias de parte de Dios.    

Escuche lo que dice el verso 1: “Llamó Jacob a sus hijos,  y dijo:   --Acercaos y os declararé lo que ha de aconteceros en los días venideros”. Jacob está definiendo el rumbo de sus hijos en el futuro, él dice, “os declararé”  lo que les sucederá en los próximos años.  
Muchas personas van donde agoreros o adivinos para que les lean la suerte. Muchos leen el horóscopo para definir su día de trabajo. A muchos les gusta le lean las cartas, la tasa de café; en fin un sinnúmero de cosas para saber qué les depara el futuro. Pero usted y yo debemos venir a la fuente de toda bendición que es Dios. Su palabra nos enseña que los padres son responsables de bendecir y amonestar a los hijos para orientarles hacía un mejor futuro.    

Pregunto rápidamente, ¿usted qué va declararles a sus hijos?, ¿qué quiere usted que acontezca en el futuro de sus hijos e hijas?. Yo quiero que mis hijos sean profesionales exitosos, sean empresarios prósperos, que gocen de buena salud, que sean cabezas y no colas, que encuentren una buena esposa, un buen esposo, que sean temerosos de Dios y pongan en alto su palabra. Quiero lo mejor para mis hijos en nombre de Jesús. Quiero que la bendición que Dios me ha dado a mí y a mi esposa sea mucho mayor en sus vidas, que lo que Dios me ha dado sea multiplicado en gran medida en sus vidas.  Quiero para mis hijos una “medida buena, apretada, remecida y rebosando” (Lucas 6:38).  

2.  ¿Cuál es el propósito de la bendición?

El comentario bíblico mundo hispano, dice que la bendición generacional “Tiene un significado peculiar porque las obligaciones y privilegios del pacto son transmitidos así a la siguiente generación”. Entienda bien, es trasmitir las obligaciones y los privilegios del pacto con Dios a nuestros hijos. 

El patriarca Jacob está dando dirección y orientación a cada uno de sus hijos para el futuro. Ahora bien, hijos cuidado, fíjese en algo preocupante que ocurre en la vida de algunos hijos de Jacob, él les declara en función del comportamiento que han tenido, escuche como se dirige a sus descendentes.

 “Tú, Rubén, eres mi hijo mayor, mi fuerza y primer fruto de mi vigor, el primero en honor y en poder.  Pero ya no serás el primero, porque eres como un torrente incontenible: pues deshonraste mi cama al acostarte con mi concubina” (Génesis 49: 3-4 DDH).

La bendición de la primogenitura es algo muy preciado en la tradición judía,  y aquí se estaba esfumando en el hijo mayor de Jacob. El padre le dice, “ya no serás el primero”.  De la tribu de Rubén nunca hubo gente notable, no salió ningún juez, ni profeta y ni gobernante.  

Pero vea usted, algo diferente sucede con respecto a Judá:

“Judá, tus hermanos te alabarán. Tomarás por el cuello a tus enemigos, y tus propios hermanos te harán reverencias. ¡Tú, Judá, hijo mío! Eres como un cachorro de león cuando deja de devorar a su víctima: se agacha, se echa en el suelo, como si fuera un león grande. ¿Y quién se atreverá a molestarlo?  Nadie le quitará el poder a Judá ni el cetro que tiene en las manos, hasta que venga el dueño del cetro, a quien los pueblos obedecerán.  El que amarra su burrito a las viñas, el que lava toda su ropa con vino, ¡con el jugo de las uvas!  Sus ojos son más oscuros que el vino; sus dientes, más blancos que la leche” (Gen. 49:8-12).

Son hermosas las palabras de Jacob para su hijo Judá, de ahí salió el gran Rey David, también el hombre más sabio y rey a la vez, Salomón. Pero sobre todo de ahí sale el Rey de Reyes, nuestro Señor Jesucristo. Por eso dice, “Nadie le quitará el poder a Judá ni el cetro que tiene en las manos, hasta que venga el dueño del cetro, a quien los pueblos obedecerán”. Se refiere a Jesucristo.

Hay privilegios en todo esto, imagínese, que le parece ser Rey. Pero también, el privilegio viene con responsabilidades u obligaciones. Por ejemplo, ser el hermano mayor es un privilegio, los demás hermanos deben respetarlo, dígamelo a mí que soy el menor de seis, y sabe una cosa, los sigo respetando a todos. El mayor tiene privilegios, pero también deben asumir responsabilidades; ser el hermano mayor significa que debe ser ejemplo para sus hermanos menores.

Conozco muy bien a un joven que es el mayor, su mamá se esforzó para que él estudiara y lo hizo, se graduó, comenzó a trabajar y como su mamá está en otro país, sus dos hermanos menores quedaron bajo su responsabilidad. Me dijo hace un tiempo, “Joel, ya se graduó mi hermano (el de en medio) y ya está trabajando”. Entonces me cuenta que le dice, “bueno hermano, ahora te toca a vos ayudar a fulano (que es el menor), echémosle la vaca para que se gradué”, esto es mostrar la responsabilidad de ser mayor, es velar por los que te siguen. Hay privilegios pero también hay responsabilidad. ¿A cuántos les gusta que le bendigan?, recuerde asuma responsabilidad. Usted sabe el privilegio de David, ser rey, tener bajo sus hombros una nación, él la llevo a su máximo esplendor, pero no fue holgazaneando fue conquistando, fue batallando.

Yo puedo declarar las mayores bendiciones para mis hijos, pero si ellos no luchan por salir adelante, si no se aferran a esas bendiciones entonces no verán su mesa con alimentos. Usted puede orar con el mayor deseo para que su hijo encuentre un trabajo bueno, pero si él es un haragán y no se esfuerza lo van correr del trabajo. La fe debe ir acompañada de la acción.  

3.  ¿Por qué debemos transmitirla a nuestros hijos?

Simple y sencillamente porque queremos lo mejor para nuestros hijos. Observe usted, lo que le dice Jacob a un hijo que amo tanto. Su penúltimo hijo, el gran José. Leer Versos 22-26.
-      Le dice que es como una planta que esta siempre verde y con muchos frutos, así quiero yo que sean mis hijos y usted.

-      Que es poderoso guerrero, con brazos fuertes para impulsar su arco y flecha los más lejos.

-      Que lo que ha logrado es producto de que tiene como Dios al Dios de Jacob. Jacob había conocido en hechos palpables las bendiciones de Dios y quiere que sus hijos tengan presente a sus Dios. Jacob quiere que se aferren como él, cuando le dijo el Ángel del Señor sino me bendices no te vas.

-      Le dice a José, el Dios de tu padre te ayudará (v. 25), aleluya. Por lo tanto no debes temer.

Leo el texto 26 porque a mi emociona como le dice un padre a su hijo uno de los deseos más esplendidos:Tu padre te bendijo más de lo que mis padres me bendijeron. Hasta el fin de los montes eternos, estas bendiciones estarán sobre la cabeza de José, que fue escogido entre sus hermanos”.

 Jacob le dice a José, yo te bendigo con una bendición mucho mayor a la que mi padre me dio a mí.

Conclusión

Concluyo haciendo un llamado a todos los padres y madres a que bendigamos a nuestros hijos con el mayor anhelo de nuestro corazón conforme a la voluntad de Dios. Que podamos declarar en ellos, mi hijo, mi hija yo te bendigo con las mayores bendiciones de parte de Dios para tu vida.
Que nuestros hijos sean como
-      Como  plantas junto a las aguas, y que producen muchos frutos
-      ¡gracias al Dios de tu padre, que te ayudará; al Dios todopoderoso, que te bendecirá!
-      ¡Con bendiciones del alto cielo! ¡Con las bendiciones del mar profundo!
-      Tendrán abundancia de pan y  darás comidas dignas de reyes.
-      El Señor el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob sea tu Dios. 
Amen y Amen 

2 comentarios:

  1. maravillosa narracion que dios les bendiga

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  2. Muy buen estudio. Lo consulte para la bendición que daré a mi hijo el día de su boda. Gracias. Dios le continue bendiciendo con su gracia y su sabiduría.

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