Este es un estudio realizado en nuestra iglesia y queremos compartirlo con ustedes. Estamos seguros que si usted es un líder en la iglesia o quiere servir en el liderazgo, los resultados de este estudio le serán de mucha utilidad.
¿Sabe usted cuál su don espiritual? En el estrato mayores de 40 años, el 80% considera que Sí, y un 20% piensa que No. En el estrato
menores de 40 años, el 51,52% creen que Sí conocen su don, y un 48,48% estima que No. En el estrato de jóvenes el
67,74% opinan que Sí, y un
32,26% creen que No (ver gráfica 2.1). Se aprecia que aunque en los tres estratos en su mayoría coinciden que Sí conocen su don espiritual, los
resultados varían en cada uno de ellos.
De
esta manera se encontró que, de todos los hermanos encuestados el 66,67% opina que Sí conocen su don y un 33,33% contestaron que No. Esto es favorable ya que permite que haya más
hermanos involucrados en la participación de los cultos y hace recordar las
promesas del Señor acerca de los dones.
El apóstol Pablo dice en la carta a los Efesios “Por lo cual llevó cautiva
la cautividad y dio dones a los hombres”, y continua “a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo” (4:8 y 12 RV 60).
Según
J. Oswald Sanders (1994), dice “la
mayoría de los hermanos no saben su don espiritual y probablemente no lo han
descubierto, por lo tanto se debe ayudar a las personas a descubrirlo para que
sean traídos al servicio del reino, para desarrollarlos, para organizar su
poder.” Es
esencial encontrar el lugar en el que
mejor encaja cada quien en el proceso de la edificación de la iglesia local.
En
la pregunta ¿Usted está trabajando en la iglesia de acuerdo a su don?, En el
estrato de mayores de 40 años se obtuvo que un 58,62% creen que Sí,
seguido de un 41,38% que considera que No,
sin embargo en los menores de 40 años el
55% opinan que Sí y el 45%
piensan que No. Los jóvenes coinciden los estratos anteriores aunque en
mayor proporción ya que el 70% considera que Sí están trabajando de acuerdo a su don y en
menor medida un 30% estiman que No. Los tres estratos coinciden en sus
respuestas al decir que sí están
trabajando. Se observa que en su mayoría el estrato de jóvenes opina que Sí
están trabajando de acuerdo a su don (ver gráfica 2.2). El análisis de este comportamiento
en general (Total) determina que un 60,87% opinan que Sí están
trabajando de acuerdo a su don y un 39,13% consideran que No lo están
haciendo.
La
mayoría de los hermanos están trabajando de acuerdo a su don, situación que es
favorable para la iglesia, ya que si se hace uso efectivo de ellos se estaría
cumpliendo el propósito por el cual fueron dados por medio del Espíritu Santo
de Dios.
El
apóstol Pablo en su carta a los Efesios escribe que los dones han sido dados “a
fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación, del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la
fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la
estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:11-13 RV 60). Este puede
impulsar a que la iglesia crezca no solo numérica sino también espiritualmente.
Sin
embargo, aunque los resultados fueron positivos es importante tomar en cuenta
que hay un 39,13% de opinión desfavorable para el desempeño de los hermanos en
la iglesia de acuerdo a su don espiritual.
La Biblia enseña que ningún creyente está sin al menos un don
espiritual. Pedro afirma claramente “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a
los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1 Pedro 4:10 RV 60). Pero ningún creyente
tiene todos los dones. Si así fuese, si
algún creyente poseyera todos los dones,
entonces no necesitaría de otros
creyentes. Desde el punto de vista paulino él sería la mano, el pie, el ojo y
el oído, el cuerpo entero, lo cual es imposible. Los creyentes necesitan de
otros creyentes simplemente porque ninguno posee todos los dones. Según Christian
A. Schawarz (1999) “Cada creyente es un miembro del cuerpo de Cristo, y los
dones que cada uno ha recibido determinaran el papel que él o ella vayan a
desempeñar en este cuerpo de acuerdo con la voluntad de Dios”. Así mismo, William Mac Donald en su libro Cristo Amó a
la Iglesia (2006) dice, “debido a que
todos son miembros de un Cuerpo, debe existir simpatía, gozo y cuidado entre
ellos.” Como cuerpo de Cristo todos nos necesitamos mutuamente para
hacer que la obra crezca y se expanda por todo el mundo.
En
referencia a esto Charles C. Ryrie, en su libro de Teología Básica (1993) dice,
“el creyente debe informarse de las distintas habilidades que Dios ha puesto
en su vida. En otras palabras, debe de hacer un inventario para saber qué
mercancías tiene disponible para el uso del Señor. Sólo a través del proceso de
hacer inventario periódicamente puede el creyente discernir qué áreas de
servicio debe explorar”.
En
la pregunta, ¿Considera usted que en nuestra iglesia se enseña continuamente
acerca de los dones espirituales y su uso en la iglesia? En los rangos mayores
de 40 años el 82,86% considera que se enseña Poco, seguido del
17,14% que creen que se enseña Mucho.
En el caso de los menores de 40 años, el 81,82% opinan que se enseña Poco,
seguido del 9,09% que estiman que se enseña Mucho y finalmente un
9,09% consideran que no se enseña Nada. Los jóvenes piensan que
se enseña Poco en un 67,74%, sin embargo, un 25,81% consideran que se
enseña Mucho y un 6,45% creen que no se enseña Nada (ver gráfica 2.3). Se puede
observar que los tres estratos coinciden en sus apreciaciones, al considerar
que hay Poca enseñanza sobre los
dones espirituales y su uso, sin embargo en el caso de los jóvenes esta
valoración es en menor proporción.
Al
analizarlo de manera general (Total) se determina que el 77,78% de los hermanos
opina que se enseña Poco, seguido de un 17,17% que creen que Mucho
y el 5,05% dijo que Nada. De manera
que al sumar lo Poco mas lo de Nada se obtiene un 88,3% de
opinión desfavorable para la enseñanza acerca de los dones espirituales y de su
uso en y para la iglesia. En su mayoría los hermanos consideran que hay poca
enseñanza sobre el tema, razón por la que se necesita llenar ese vacío en la
iglesia con urgencia, se debe recordar el caso del etíope que leía las
Escrituras, cuando se le acercó Felipe y
le preguntó ¿Entiendes lo que lees? Él le dijo: ¿Cómo podre si alguno no me
enseñare? (Hechos 8:30-31 RV).
Mateo
escribe en su evangelio, “cuando Jesucristo predicaba también enseñaba y
sanaba” (Mateo 11:1RV 60). Además, el proverbista dice, “da al sabio, y será más sabio; enseña al
justo y aumentará su saber” (Proverbios 9:9 RV 60), la iglesia está llamada
a enseñar. J. Oswald Sanders (1994) dice “el líder debe estar dispuesto a
enseñar y ser capaz de hacerlo. En un líder debe verse este deseo, esta chispa.
Esto crea oportunidades para ayudar a otros a que entiendan el significado de
la vida espiritual. Enseñar es un trabajo arduo, y requiere de tiempo,
preparación, estudio y oración”. Por
tal razón, se hace necesario incrementar la enseñanza pero para ello debe haber
hombres y mujeres dispuestos a ayudar a otros y de esta manera evitar que los
hermanos por falta de conocimiento sean arrastrados por doctrinas falsas que
los confundan.
En
la pregunta, ¿Considera usted que los líderes de la iglesia están ayudando a
los miembros a descubrir cuáles son sus dones? En el estrato mayores de 40
años, el 77,14% considera que Poco son los líderes que están ayudando a los hermanos a descubrir sus dones,
seguido de un 14,29% que piensan que Mucho y por último un 8,75% opinan que en Nada. En el
caso de los menores de 40 años, el resultado es similar el 72,73% estiman que Poco, un 12,12% creen que Mucho
y finalmente un 15,15% considera que Nada. Los jóvenes valoran que se
está ayudando Poco en un 61,29%, seguido de un 25,81% que opinan que Mucho
y finalmente un 12,9% considera que Nada, de esta manera se obtiene que
los tres estratos coinciden en que se está ayudando muy Poco a los
miembros a descubrir cuáles son sus dones.
Del
total de opiniones se obtiene que el
70,71% considera que se ayuda Poco, seguido de un 17,17% que opina que Mucho y un 12,12% creen
que no se ayuda en Nada, al sumar lo Poco mas lo Nada se
obtiene un 82,83% de opinión desfavorable (ver gráfica 2.4).
Este
comportamiento merece atención, tomando
en cuenta los mandatos bíblicos sobre la
importancia de servir a otros. Cristo enseñó
que el reino de Dios era una comunidad
donde cada miembro servía al otro. Pablo escribió en el mismo sentido, “servíos por amor los unos a los otros”
(Gál 5:13 c). Así mismo, el Señor nos dice en Oseas 4:6, “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”.
Según
J. Oswald Sanders en su libro Liderazgo Espiritual (1994) dice “el líder
debe ayudar para que esos dones sean traídos al servicio de reino, para
desarrollarlos y organizar su poder”. No se puede esperar que la iglesia
experimente crecimiento si no hace nada para que eso ocurra, todo cristiano debe poner sus dones al
servicio de la iglesia y la comunidad.
En
la pregunta, ¿Considera usted que los líderes de la iglesia están brindando
oportunidad de liderazgo a los hermanos que han descubierto su don espiritual?
En el estrato mayores de 40 años el 77,14% consideran que Poco, seguido de
un 20% que creen que Mucho y
solamente un 2,86% estiman que Nada. Los menores de 40 años el 33,33%
opinan que se brinda Poca oportunidad,
pero un 54,5% considera que Mucho y un 12,12% estiman que Nada.
En el estrato de los jóvenes el comportamiento es similar a la apreciación de
los menores de 40 años, un 38,71% piensan que se brinda Poca
oportunidad, un 51,61% considera que Mucho y un 9,68% opina que Nada.
Se observa que tanto los menores de 40 años como los jóvenes difieren de los
mayores de 40, ya que estos segmentos contestaron que se les están brindando Mucha
oportunidad de liderazgo, contrario a este comportamiento está la
valoración de los mayores de 40 años quienes
evalúan como Poca la oportunidad de liderazgo que brindan los líderes a
los hermanos.
De
esta manera se encontró que, el 50,71% de todos (total) los encuestados
considera que se da Poca oportunidad de liderazgo, seguido del 41,41% que piensan que Mucho y un
8,08% que manifiestan que Nada, al sumar lo Poco mas lo Nada
se obtiene un 58,59% (ver gráfica 2.5).
Los
mandatos bíblicos hacen referencia en la enseñanza a otros, el apóstol Pablo
dice en la segunda carta a Timoteo “Lo que ha oído de mi antes muchos
testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a
otros” (2 Timoteo 2:2 RV 60). Con estas palabras el apóstol Pablo hace
hincapié en la responsabilidad de un líder de adiestrar a otros en el
liderazgo. Una de las grandes ilustraciones bíblicas de este principio es la
historia de Jetro, el suegro de Moisés, registrada en Éxodo 18, Jetro vio que
Moisés enfrentaba cargas tan pesadas que no podía llevar solo, él se dio cuenta
que Moisés no podía mantener ese nivel
de actividad y dijo “Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que
está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo
tú solo” (Éxo. 18:18 RV 60), razón por la que lo aconsejo a que buscará
personas idóneas para que le ayudaran a dirigir, lo mismos debe suceder en la
iglesias hoy en día.
Pablo
mostró dedicación para adiestrar a Timoteo y a Tito. Al igual que nuestro Señor
dedicó la mayor parte de su ministerio, de tres años al moldear el carácter y
espíritu de sus discípulos. Según J Oswald Sanders (1994) “las iglesias
crecen en todas las áreas cuando son guiadas por líderes fuertes y
espirituales, con el toque radiante de lo sobrenatural en su servicio. Los
líderes de hoy - los que son realmente espirituales - deben pasar la antorcha a
la gente joven como un deber de primera
línea”. Qué tan consejo más sabio
por parte de este escritor.
John R. Mott, “creía que los líderes debían de multiplicarse
así mismo, desarrollando líderes más jóvenes dándoles rienda suelta y
oportunidad adecuada para demostrar sus capacidades. La gente joven debe sentir
el peso de las cargas onerosas, la oportunidad adecuada para demostrar iniciativa, y el poder de la decisión final. El líder joven debe
recibir crédito generoso por sus logros. Ante todo, hay que tenerle confianza.
Las equivocaciones constituyen el precio inevitable de adiestrar a los líderes”
(J Oswald Sanders 1994). Liderazgo
es influencia, es la capacidad de una persona de influir en otra para que sigan
su guía. Una persona no se vuelve líder
simplemente porque ocupa un cargo, porque ha tomado un curso en
este tema o porque resuelve por su
propia voluntad realizar esa tarea. Una persona debe poseer capacidad adecuada
para ser un líder espiritual. En la iglesia se debe de concientizar a los
miembros de la junta sobre la importancia de delegar responsabilidades y
adiestrar a otros y así evitar el
sobrecargo de tareas que hace que los líderes dejen a un lado las actividades
claves, causando que en ocasiones no se
produzcan los frutos necesarios para el
crecimiento de la obra.
Puedes descargar el el estudio en PDF
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